miércoles, 13 de noviembre de 2019

Radioterapia

Hola de nuevo enfermerxs en potencia! Ayer os hablaba del cáncer y la quimioterapia, y mencionaba otro tratamiento común ante esta enfermedad: la radioterapia. En mi experiencia este mes solamente he visto un paciente que recibiera radioterapia, pues no es tan común como la quimioterapia.

Imagen obtenida de eephcfmusp.org.br

La radioterapia es, como su propio nombre indica, una terapia de radiación que usa altas dosis de rayos para destruir las células cancerosas y reducir tumores mediante el daño irreparable a su ADN. Este proceso precisa de varias sesiones durante días o semanas para observar resultados significativos. Después de esto, las células cancerosas continúan muriendo incluso durante meses.

La radioterapia puede ser interna o de haz externo, dependiendo de las características del tumor y el paciente. La terapia de radiación de haz externo es un tratamiento local, es decir, si el tumor se encuentra en el pulmón, sólo el pecho recibirá radiación, no todo el cuerpo. En cambio, en el tratamiento de radioterapia interna se introduce una fuente de radiación, líquida o sólida, dentro del cuerpo del paciente. De ser sólida, la fuente de radiación se coloca próxima al tumor, siendo su efecto también local como en la terapia de haz externo. Sin embargo, de ser líquida, la fuente de radiación (administrada por vía oral o intravenosa) tendrá un efecto sistémico.
Los principales tipos de cáncer que se tratan con radioterapia son de cáncer y cuello (de tiroides, sobre todo), de mama, de cuello uterino, de próstata y de ojo. Suele combinarse con la cirugía, antes (reducir el tamaño del tumor), durante (evitar la radiación de la piel) y después (eliminar las células cancerosas que pudieron quedar) de esta.
Los efectos secundarios vienen derivados del daño colateral a las células sanas.
Aquí os dejo la página del Instituto Nacional del Cáncer si queréis saber más sobre la radioterapia.

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