martes, 5 de noviembre de 2019

Diabetes

Buenos días enfermerxs en potencia!

No hay un sólo día que no tengamos que hacer alguna glucemia y administrar insulinas, tema del que os hablo mi compi Candela. Pero centrándonos mas en el aspecto patológico y no en el práctico, ¿a que pacientes tenemos que administrarle este tipo de medicación? A pacientes diabéticos.



La diabetes es aquella enfermedad en la que los niveles de glucosa en sangre están extremadamente altos. Diferenciamos dos tipos de pacientes diabéticos:

  1. Los que padecen diabetes tipo 1, es decir, su cuerpo no produce insulina y tienen que administrársela todos los días.  
  2. Los que padecen diabetes tipo 2 (la mas común), en los que su cuerpo no produce o no la insulina de manera adecuada, por lo que si no hay cantidad suficiente, la glucosa permanece en la sangre. 
  3. Existe otra variante, la diabetes gestacional, la cual aparece durante el embarazo y normalmente desaparece una vez que nazca el bebé. Por el otro lado, estas mujeres tienen más probabilidad de sufrir, a la larga, diabetes tipo 2. 
Los síntomas que se suelen tener son el aumento de la sed, visión borrosa, fatiga, apetito, hormigueo en manos y pies, pérdida de peso importante, úlceras/cortes/hematomas que tardan en cicatrizar/sanar… En los pacientes con DM tipo 1 los síntomas aparecen a las pocas semanas, pero en caso de DM tipo 2 van apareciendo progresivamente con el tiempo.

Cabe destacar que este tipo de paciente, como es obvio, en el hospital se le da una dieta especial, la cual es dieta DM, ajustándose a los azúcares necesarios. 

Es importante mantener el nivel de glucosa por debajo de 200mg/dL, aunque es posible que teniendo menos cantidad, sea necesario administrar alguna unidad de insulina. Como Candela nos había contado, existen dos tipos de insulina a administrar: la insulina rápida (en la que para saber las unidades a administrar debemos realizar la glucemia) y la insulina lenta (todos los días se le administran las mismas unidades). Existe un tercer tipo, al que se le denomina insulina mixta, que son mezclas preestablecidas de insulina rápida e insulina intermedia.



Es importante mantener vigilada esta enfermedad ya que a la larga puede producir problemas visuales, dañar el riñón (pudiendo llegar a necesitar trasplante o diálisis), insuficiencia renal, daños en los nervios, aumenta el riesgo de padecer osteoporosis, aumenta el riesgo de padecer demencia, riesgo de úlceras en los pies, infección o incluso amputación…

Por eso es una enfermedad que hay que estar pendiente de ella cada día, para evitar complicaciones y problemas más graves si no se trata. Si os habéis quedado con ganas de más, aquí os dejo información para que repaséis un poco más. Espero que os haya servido de ayuda y ¡hasta pronto con mas entradas!



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