lunes, 4 de noviembre de 2019

¿En que momentos hay que retirar y cambiar una vía?

Buenos días enfermerxs en potencia!

Con el tiempo os empezarán a dejar canalizar alguna que otra vía, tema del que os hablará mi compañera Valeria, pero ¿en que ocasiones debemos sacarlas porque están causando problemas al paciente o bien porque ya no están realizando la función que deberían? Aquí os dejo las principales complicaciones con las que nos hemos estado encontrando en el hospital respecto a las vías.

Normalmente en el momento que vamos a administrar medicación y no avanza, debemos probar a lavar la vía (con la ayuda de una jeringuilla y suero fisiológico) y valorar el estado de la vía.

La principal es la flebitis, lo que vendría siendo la inflamación de la vena por alteración del endotelio. ¿Como sabemos que existe flebitis en la vía? Al valorar el estado de la vía nos fijamos si provoca dolor, está enrojecido, inflamado, la zona está acalorada… por lo que estaríamos en caso de flebitis y se debe retirar y cambiar la vía.



Otra muy común es la extravasación que sucede cuando se produce la salida de liquido adminitrado por vía intravenosa desde el vaso sanguíneo al tejido adyacente a la vena. Dependiendo del nivel de extravasación habrá que realizar mas cuidados o menos, como aspirar el líquido extravasado o mantener el miembro mas elevado, aunque en el ámbito hospitalario al tener mínimamente controlados a los pacientes, la extravasación no suele ir más allá por lo que se reabsorbe solo, pero seguimos en caso de retirar y cambiar la vía.



Y por ultimo encontramos la tromboflebitis, que es el caso de inflamación de la vena por la presencia de un coágulo, obstruyéndola y provocando síntomas como inflamación, dolor, eritema, rubor y sensibilidad de la vena. Estos pacientes suelen ser sedentarios, encamados, pacientes oncológicos, obesos, personas mayores de 60… Además se les suele recetar medicamentos anticoagulantes, recomendar medias de compresión y elevar el miembro, extirpar las venas varicosas…
Cabe destacar que dependiendo de la profundidad, distinguimos dos tipos de trombosis: tromboflebitis superficial y tromboflebitis profunda (a nivel profundo del músculo).


¡Y esto es todo! Espero que a partir de ahora os vayáis fijando mejor en el estado de las vías y en los síntomas que os comunicaran los pacientes respecto a estas. Como ultimo apunte, en un paciente que no tiene recetado sueros entre medicación y medicación, os recomiendo lavéis la vía cuando acaba de perfundir la medicación, para evitar futuras obstrucciones y estar pinchando de nuevo al paciente.

Primera imagen: Flebitis
Segunda imagen: Extravasación
Tercera imagen: Tromboflebitis


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